<<"ENGLAND IS AN ALPHA MALE NATION"
LOL
This has to be the funniest comment ever!
If the English are seen worldwide as an epitome of faggotry there must be some reason.
Because of their high pitched voices?
Or because of their well known paederastic tendencies perhaps?
>>
The only nation where intellectuals openly were in favor of pederasty is France:
Sartre, Cohn-Bendit y Beauvoir, acusados de haber fomentado la pederastia
Algunos intelectuales del 68 abogaron por despenalizar las relaciones con menores
JOHN HENLEY. The Guardian/EL MUNDO
PARIS.- Jean-Paul Sartre, Simone de Beauvoir y los actuales ministros de Sanidad y de Educación, Bernard Kouchner y Jack Lang, figuraban durante la década de los 70 entre los firmantes de cartas abiertas en las que se hacían llamamientos en favor de la despenalización de la pedofilia, según se ha sabido la pasada semana.
A propósito de las acusaciones contra el en otro tiempo estudiante revolucionario Daniel Cohn-Bendit, por posibles abusos sexuales de menores, han salido a la luz una serie de extraordinarios documentos que están obligando a los intelectuales franceses a replantearse los valores de la revolución de mayo de 1968 y sus secuelas, un periodo que fue testigo, con toda probabilidad, de los mayores cambios de los que existe constancia histórica en materia de comportamiento sexual.
Esas cartas abiertas circularon en 1977 al término de un proceso en el que tres hombres resultaron condenados a penas de prisión por delitos sexuales cometidos sin violencia contra niños de 12 y 13 años de edad. «Tres años de prisión por unas caricias y unos besos: ¡ya está bien!», decía uno de esos manifiestos, firmado por el señor Kouchner y el señor Lang.
«Discernimiento»
«La legislación francesa reconoce en los menores de 12 y 13 años una capacidad de discernimiento que puede juzgarse y castigarse», se leía en otra carta abierta firmada por Sartre y Simone de Beauvoir, además de por otros de sus colegas de intelectualidad como Michel Foucault, Roland Barthes y Jacques Derrida; por una destacada psicóloga infantil, Françoise Dolto, y por los escritores Philippe Sollers, Alain Robbe-Grillet y Louis Aragon.
«Sin embargo, decía también, rechaza la legislación esa capacidad cuando entra por medio la vida sexual y emocional del menor. Debería reconocer la legislación el derecho de los niños y adolescentes a mantener relaciones sexuales con quien ellos elijan».
Pronunciamientos y manifiestos de esas características no sólo eran aceptables en aquellos tiempos sino que incluso estaban de moda, declaró ayer Roland Castro, un arquitecto que tuvo un papel destacado en la revuelta. «Defendíamos una cosa y la contraria, precipitadamente, sin reflexión, y, en ese intento de saltarnos todas las antiguas barreras, terminamos por echarlas todas abajo, sin excepciones».
Al otro lado del Rin, el replanteamiento del mayo del 68 se centra en la política y en la violencia. El íntimo amigo del señor Cohn-Bendit y compañero de radicalismos en los 70 Joschka Fischer, en la actualidad ministro de Asuntos Exteriores de Alemania, está en la picota en relación con unas imágenes de película en las que se le ve que golpea a un policía. Se enfrenta así mismo a una investigación judicial bajo la acusación de mentir sobre contactos con terroristas sospechosos en los años 70.
En Francia, el debate gira más bien en torno al sexo. «Cohn-Bendit tendría que dimitir y tendría que hacerlo ya», ha manifestado Philippe de Villiers, un eminente conservador, «porque ¿a cuántos pedófilos les habrán servido de justificación estas espantosas manifestaciones o, es más, de estímulo?».
Uno de los firmantes de la carta abierta de 1977, Philippe Sollers, reconoció ayer que «había tantos manifiestos que prácticamente los firmábamos sin leer». Lo que le ha sorprendido ahora, ha añadido, es que «el problema en sí de la violencia contra los menores, sencillamente, no era un problema en aquellos tiempos», aunque hoy sí lo sea.
Libération, el periódico francés de tendencia izquierdista que surgió de las barricadas del 68, le ha dedicado cuatro páginas a este asunto. Destacaba el periódico que, en los años 70, los izquierdistas franceses mantuvieron «un muy serio debate acerca de si los padres debían dejar abierta la puerta del dormitorio cuando mantuvieran relaciones sexuales».
«El mayo del 68 no inventó la pedofilia», ha manifestado el director de Libération, Serge July. «El orden moral existente era el del enemigo» ha añadido en torno al debate.
«La revolución cultural que siguió después de mayo del 68 constituyó en muchos, pero que en muchos casos, un triunfo social», comenta July. «Sin embargo, su discurso sobre la sexualidad de los niños se ha aprovechado para legitimar prácticas que, en ciertas épocas, constituyen un delito».
«Escandalizar a los burgueses»
Daniel Cohn-Bendit, líder estudiantil del mayo del 68 y actual miembro del parlamento europeo en representación del partido de los Verdes franceses, se ha visto en muy serios aprietos ante la recuperación de un artículo que publicó en 1975 sobre la naturaleza «erótica» de sus contactos con niños en un jardín de infancia alternativo de Frankfort, donde vivió y trabajó después de que le expulsaran de Francia por su participación en el mayo del 68.
«Había niños que me abrían la bragueta de los pantalones y empezaban a hacerme caricias», escribió Cohn-Bendit. «Yo reaccionaba de manera diferente en cada ocasión, de acuerdo con las circunstancias, pero cuando insistían, entonces yo les acariciaba a ellos».
El señor Cohn-Bendit ha hecho hincapié en que los pasajes de este artículo «no guardan relación con la realidad», que nunca ha sido un pedófilo y que el artículo, extraído de un libro, Le Grand Bazar (El gran bazar) era «un producto de su tiempo, de nuestro antiautoritarismo; pura provocación, dirigida a escandalizar a los burgueses».
En aquellos tiempos, tanto el libro como las comparecencias de Daniel Cohn-Bendit en televisión para hablar de él obtuvieron los parabienes de la crítica.
Una veintena de los niños que tuvo a su cuidado durante aquella época, que ahora rondan los 30 años, y sus padres han escrito una carta abierta en la que le apoyan y la Fiscalía de Frankfort ha manifestado ya que estaba «bastante claro» que no había materia para un proceso.
Sin embargo, hubo quienes, en aquellos tiempos, fueron aún más lejos. El escritor Tony Duvert dedicó sus elogios a «la gran aventura de la pedofilia» y bramó contra «el fascismo de las madres».
El filósofo René Scherrer, por su parte, instó «la desaparición de todos los tabúes sexuales: nada debería ser declarado ilegal».
http://www.elmundo.es/2001/02/26/sociedad/959709.html