El poder de leer – dos historias

From Antimoon Translation Project

Versión original: The power of reading — two stories


En su artículo The comprehension hypothesis and second language acquisition (La hipótesis de la comprensión y adquisición de un segundo idioma), Stephen Krashen (de la Universidad de California del Sur) describe dos casos de estudiantes que cambiaron completamente su inglés gracias a leer:

El caso de L.edit

Este caso fue escrito en una publicación por J. Segal (Summer Daze, escrito en 1997), y luego por Stephen Krashen. Hemos reducido y simplificado el texto original. También se ha traducido al español:

L. era una estudiante de 17 años en Israel. Ella hablaba inglés en casa con sus padres, quienes eran de África del Sur. Pero ella tenía serios problemas escribiendo en inglés, especialmente con la ortografía, vocabulario y estilo de escritura. Segal, quien era el profesor de L. en el 10° grado intentó ayudarla de varias formas:

”Corregir errores fue un fracaso total. L. intentó corrigiendo sus propios errores, intentó escritura procesada e intentó copiar las palabras correctamente en su cuaderno. Nada funcionó. Las composiciones de L. estaban muy pobremente escritas y tenía poco vocabulario. Discutimos formatos e ideas antes de que ella escribiera... pero tuvo muy poco progreso. Le dí a L. una lista de cinco palabras útiles para deletrear cada semana por 6 semanas y luego le haría una prueba amigable entre clases. A L. le fue bien en los exámenes al principio, pero después de seis semanas ella empezó a deletrear mal las palabras nuevamente.” La madre de L. también le consiguió un profesor privado, pero hubo muy poco progreso.

Segal también le enseñó a L. en el grado 11. Al principio del año, ella le había pedido a los estudiantes que escribieran un ensayo. “Cuando vi la composición de L. me detuve completamente. Estaba mirando a un ensayo casi perfecto. No habían errores de ortografía. La estructura era clara. Era interesante y bien escrito. Su vocabulario había mejorado. Estaba sorprendido pero al mismo tiempo inquieto...”

Segal descubrió por que el inglés de L. había mejorado tanto: Ella había empezado a leer libros en inglés en el verano. L. le dijo, “Yo nunca leía mucho antes pero este verano fui a la biblioteca y empecé a leer y simplemente no pude parar.” El inglés de L. en el grado 11 era excelente y ella siguió leyendo.

El caso de Cohenedit

Este caso fue inicialmente descrito por Y. Cohen en una publicación de 1997 llamada How reading got me into trouble (Como el leer me metió en problemas).

Empezando a los 12 años, Cohen iba a una escuela de inglés en Turquía. Durante los primeros dos años habían clases intensivas de inglés, pero después de solo dos meses Cohen comenzó a leer en inglés. “... tantos libros en inglés como pudiera conseguir. Yo tenía una gran biblioteca de libros en inglés en casa... me volví un miembro de la biblioteca local del consulado Británico y a veces compraba libros en inglés en librerías... Al llegar el primer año de la secundaria (middle school) me había convertido en una entusiasta lectora de contenido en inglés.”

Gracias a su hábito de lectura algo desagradable le ocurrió en la secundaria: “Yo tenía una profesora de inglés que nos asignó dos composiciones de tarea. La profesora me los regresó. Ella estaba enfadada y quería saber quién me había ayudado a escribirlos. Esas composiciones eran mi trabajo. Yo ni siquiera había usado un diccionario. Ella no me creyó. Ella me mostró algunas oraciones subrayadas y algo de vocabulario y me preguntó como es que yo las conocía; que eran más avanzadas que ese nivel de la clase. (…) me sentí triste. Yo no podía explicar como las sabía. Simplemente... las sabía.


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